POLÍTICA EDUCATIVA



Hablar de política educativa es hablar de un conjunto de variables y dimensiones complejas y diversas, que actúan en diversos niveles. Más allá de los puntos de vista funcionalistas, que entienden la política educativa exclusivamente como un problema de toma de decisiones por parte de las ámbitos administrativos y de los propios políticos, desde este planteamiento entendemos que un acercamiento relevante al análisis de la política educativa es el que se plantea desde las relaciones de tres dimensiones que intervienen en la misma. Por un lado, el desarrollo de los pensamientos educativos que actúan de marco de justificación y que de alguna forma, se postulan como guía y orientación para la toma de decisiones políticas y por otro lado, nos encontramos con las propias prácticas educativas sobre las que actúan las decisiones políticas y que se suponen afectadas por éstas.
Introducimos un elemento de mediación entre las decisiones políticas y las prácticas educativas entendiendo que en los estados modernos, y sobre todo después del alto desarrollo de la gestión de los mismos, las decisiones políticas no son las últimas responsables de su puesta en funcionamiento, sino que hay que pensaren la acción de este elemento de mediación que constituye el aparato burocrático y administrativo del Estado, que es el último responsable de dar forma a las decisiones anteriores.
Tradiciones sociales, culturales y políticas
Toda acción en este ámbito se edifica sobre supuestos ideológicos que representan proyectos de sociedad y de hombre. En el caso de la educación esto es aún más evidente ya que lo que se puede considerar su regulación pública viene de la mano de la aparición del Estado liberal moderno. Una de las primeras acciones de las revoluciones liberales de finales del siglo XVIII que dieron lugar a los Estados actuales fue la de estructurar un Sistema Educativo que contribuyera a la consolidación de los modelos de sociedad propios de la nueva realidad emergente, en donde los Sistemas Educativos que paulatinamente se fueron configurando como universales y obligatorios. Las dos grandes finalidades de estos nuevos Sistemas Educativos, que siguen conformando la justificación de cualquier nueva reforma educativa, serían:
*La formación de ciudadanos: Se pretende formar en la nueva moral social basada en la participación y en la representación y, esencialmente, en la configuración de un sujeto portador de derechos y deberes
*La preparación para el mundo del trabajo: se pretende afrontar los nuevos retos de la sociedad industrial que surge paralelamente a la formación de los nuevos estados.
Este pacto social, tal como tradicionalmente se ha planteado, se produce básicamente entre la tradición económica liberal y el racionalismo como modelo de conocimiento. Es decir, se trata del pacto entre la razón y el mercado para establecer este nuevo orden social. A este pacto se une, de alguna manera, la noción de progreso con la que se cerraría el proyecto de sociedad en el que nos venimos moviendo en este tiempo. De forma esquemática podríamos plantear, pues, tres grandes tradiciones desde las que analizar la política educativa de los estados actuales:
1. EL RACIONALISMO: Cómo proyecto ideológico y cultural
2. LA MODERNIDAD: Cómo proyecto cultural y económico
3. EL LIBERALISMO: Cómo proyecto económico y político
Esto supone una profunda transformación ideológica y cultural ya que plantea una nueva relación con el mundo y entre los propios sujetos. Las certezas y, por tanto, las acciones derivadas de ellas son producto de las evidencias y no de las creencias. La escuela y la academia se convierten de este modo en los nuevos templos del saber, en el espacio de la transmisión de la verdad.
Pensamiento Pedagógico

La aparición, históricamente hablando, de pensadores y científicos que pudiéramos calificar de independientes vienen de la mano de la clase social ascendente de la burguesía. Paulatinamente se separan del control religioso y empiezan a plantear nuevas visiones del mundo y de la sociedad acordes con las necesidades ideológicas del mercado emergente. Se apuesta por la objetividad, la razón y el individuo. Teorías congruentes con las relaciones eco- nómicas de la sociedad mercantil que empieza a presentarse como hegemónica Podemos afirmar pues, que en esta dialéctica entre praxis económica y social y pensamiento, este último actúa como elemento de justificación de la primera. En el aspecto político esto es mucho más evidente en la medida en que los intelectuales juegan un papel fundamental en la consolidación y justificación de los proyectos hegemónicos que propugna toda propuesta que se haga desde posiciones políticas concretas.

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